Alternativas a la legislación específica para razas peligrosas

razas caninas

Es importante contar con sistemas que ayuden a reducir los ataques de perros, especialmente aquellos que tienen consecuencias severas y fatales.

Sin embargo, la tendencia actual de crear leyes que prohíben o condicionan la tenencia de algunas razas consideradas peligrosas ha demostrado ser inútil, por lo que es necesario buscar alternativas que sí permitan reducir los ataques de perros.

La ciudad canadiense de Calgary ha implementado en 1985 un sistema basado en leyes de tenencia de mascotas que no discriminan a ninguna raza de perros y en acciones que promueven la educación preventiva tanto de niños como adultos. Este sistema ha tenido mucho éxito y bien podría considerarse un ejemplo a seguir.

Considerando esos resultados, así como correlaciones encontradas en estudios científicos, se proponen dos áreas de acción complementarias que podrían reducir los ataques de perros: 1) implementar leyes de tenencia de perros que se enfoquen en las acciones y omisiones de los propietarios y 2) implementar programas educativos orientados a la interacción segura con perros.

1. Leyes de tenencia de perros enfocadas en los propietarios

Las leyes específicas para razas peligrosas se concentran en una sola raza o un grupo de ellas asumiendo que son intrínsecamente peligrosas. Al considerar que el peligro está en la raza del perro, esas leyes suelen ignorar la responsabilidad que tienen los propietarios de perros agresivos y éstos quedan impunes.

Para ser efectivas, las leyes tienen que sancionar a quienes tienen la verdadera responsabilidad. Por eso, las leyes que no toman en cuenta la raza del perro, sino la responsabilidad (o irresponsabilidad) de los propietarios, tienen más probabilidad de ser efectivas en reducir los ataques caninos.

Algunos aspectos que deben considerar estas leyes son:

  1. Licencia obligatoria para tener perros. El registro de perros permite asociar sin error a cualquier perro con su respectivo propietario. Además proporciona datos precisos sobre la población canina cada año.
  2. Uso de la correa en espacios públicos. Muchos ataques son causados por perros que pasean sueltos junto a sus propietarios. El uso obligatorio de correa ayudaría a reducir estos ataques. Por supuesto, las leyes también deben contemplar la posibilidad de soltar a los perros en lugares establecidos para esto, como parques para perros y áreas donde se permitan estas mascotas.
  3. Confinamiento de los perros dentro de la casa. Los perros sin supervisión no deben vagar libremente por las calles, sino que deben estar dentro de sus casas.
  4. Prohibición de aislar o atar a los perros. Los perros que son aislados frecuentemente o son atados por mucho tiempo (algunos de por vida) reciben poca o nula socialización y tienden a ser agresivos. La prohibición de esta costumbre obliga a los propietarios a socializar a sus perros.
  5. Regulación de la cría y venta de perros. La cría y venta indiscriminada de perros por fábricas de cachorros generalmente produce animales inestables porque éstos no reciben una correcta socialización en el período crítico. Por otra parte, también existen criadores que por una u otra razón buscan fomentar el temperamento agresivo en sus cachorros. Ambas situaciones debieran ser reguladas por ley para garantizar que los cachorros que llegan a formar parte de las familias humanas hayan recibido socialización suficiente y adecuada.
  6. Responsabilidad civil o penal de los propietarios por los daños causados. Las leyes específicas para razas peligrosas culpan de los daños causados por los perros a la raza y dejan impunes a los propietarios irresponsables. Una ley efectiva no debiera enfocarse en la raza del perro, sino en la responsabilidad del propietario que por acción u omisión permite que su perro cause daños a personas, animales o propiedades. La responsabilidad del propietario del perro debiera ser civil o penal según el caso en cuestión y, lógicamente, las sanciones deben ser importantes en el caso en que el perro cause daños severos o fatales a una persona. Esto no excluye que el perro pueda ser sometido a eutanasia.
  7. Prohibición de uso de perros para peleas. La legislación específica para razas peligrosas suele considerar que algunas razas caninas son intrínsecamente agresivas porque son usadas para peleas de perros, pero generalmente no cuestiona las peleas en sí. Prohibir las peleas de perros es un punto fundamental de toda ley que pretende reducir los ataques de perros. Esto significa prohibir la actividad y sancionar a quienes la lleven a cabo, sin importar las razas involucradas.
  8. Sanciones severas para el maltrato animal. La mayoría de los ataques severos y fatales son causados por perros sometidos a tratos crueles. Suelen ser perros hambrientos, golpeados, que viven encadenados, usados para peleas y otros suplicios. Por tanto, las sanciones severas a personas que maltraten animales pueden ayudar a reducir ataques caninos severos y fatales.

2. Educación orientada a la interacción segura con perros

La educación es un complemento importante de las leyes sobre tenencia de animales. Su utilidad puede llegar a ser incluso mayor que la de las leyes para reducir ataques caninos y mejorar la convivencia entre humanos y perros.

Este tipo de educación tiene que ser planificada y puede llevarse a cabo en coordinación con colegios, institutos y universidades, pero no se trata de educación formal, sino de educación informal. Los cuatro puntos principales que debe abordar son:

  1. Enseñar a niños y adultos a actuar de forma segura alrededor de perros. De la misma forma en que en países sísmicos se enseñan respuestas en caso de sismos y en muchos lugares se enseña a prevenir incendios, es importante enseñar a niños y adultos a actuar de manera segura en presencia de perros. Esta educación puede incorporarse en colegios, universidades y eventos comunitarios en forma de charlas, y pueden llevarla a cabo grupos de voluntarios. Lo ideal es que se aborden temas como señales de estrés en perros, situaciones que producen mordidas, cómo aproximarse a un perro y cosas similares.
  2. Implementar clases gratuitas o de bajo costo sobre socialización y adiestramiento canino. Mucha gente no socializa ni educa a sus perros simplemente porque no sabe a dónde acudir o porque no tiene el dinero para hacerlo. La implementación de cursos de adiestramiento y socialización del perro, gratuitos o de bajo costo, ayudaría a los propietarios a educar adecuadamente a sus perros. Estos cursos se pueden coordinar con autoridades locales, pero pueden ser dictados por voluntarios (con experiencia en el tema, por supuesto).
  3. Enseñar a futuros padres la importancia de supervisar las interacciones entre perros y niños. La idea que perros y niños son una combinación maravillosa está muy difundida, pero puede ser peligrosa. Muchos ataques severos ocurren cuando perros y niños interactúan sin supervisión de adultos. Todos los padres debieran ser conscientes que dejar a un niño solo con un perro tiene cierto riesgo. Médicos (pediatras y neonatólogos) y educadores pueden recordar esto de vez en cuando.
  4. Promover la esterilización y castración de mascotas. Los estudios científicos sobre agresión canina sugieren que los perros machos no castrados son mucho más propensos a atacar que los perros castrados. No queda claro si las hembras esterilizadas son menos agresivas que las hembras no esterilizadas en general, pero sí se sabe por experiencia que hembras en celo y con crías pueden desplegar conductas agresivas más violentas. Por eso, la educación orientada a interactuar de forma segura con perros tiene que promover la esterilización de hembras y castración de machos.

Copyright (c) 2007-2012. Todos los derechos reservados.